23.11.06

 

Amando de Miguel no tiene ni idea

Hay una forma de descubrir a los impostores: detectar errores. No me refiero al caso obvio, cuando encuentras los fallos porque eres especialista en el tema, ya que ello no tiene mérito y además la constatación suele quedar restringida a tu círculo de interés, ni tampoco a los errores ocasionales, que pueden ser debidos al azar, y a la natural falibilidad humana. Me refiero a los errores sistemáticos encontrados en algo que no es tu especialidad profesional, pero de lo que conoces algo, por interés más o menos casual.

En mi caso, estoy resignado a encontrar errores cuando alguien habla, por ejemplo, de Física Nuclear. Salvo cuando se sacan conclusiones disparatadas a partir de errores técnicos obvios, en el resto de ocasiones disculpo sin problemas las imprecisiones o la ignorancia. Al fin y al cabo, si sólo habláramos de aquello de lo que sabemos, ¿cuándo abriríamos la boca?

Pero me produce una desconfianza atroz cuando alguien yerra al hablar públicamente de temas que conozco por afición. Por ejemplo, mi conocimiento del esperanto se ha convertido en un medio infalible para detectar falsarios. Cuando un autor dice barbaridades al hablar de este idioma, o de asuntos que he llegado a conocer un poco a través de él, como los idiomas, o la historia de comienzos de siglo, su credibilidad para todo lo demás se evapora.

Ya me pasó hace tiempo con las tertulias radiofónicas. Recuerdo hace varios años cuando, en una que seguía a veces, los contertulios, periodistas de prestigio, comenzaron a hablar sobre asuntos filológicos, pronunciaciones de nombres en otros idiomas y similares. Si yo, que no era especialista en el tema, detectaba tantas estupideces, ¿cómo fiarme de que tuviera alguna base todo lo demás de lo que hablaban? Desde entonces he dejado de escuchar a este tipo de supuestos expertos cómo pontifican por la radio. Ya no me fío.

Recientemente he detectado dos casos más de dos personas que escriben de lo que no saben, y además pasan por expertos y cobran por ello. Casualmente, se trata de dos integrantes de ese grupo de publicistas mediáticos de la derecha, que, en algunos casos, proceden de la izquierda, y que en el trayecto también se han reconvertido profesionalmente: de profesores a periodistas, de periodistas a historiadores, de sociólogos a filólogos. Para algunos de sus seguidores parece que en el tránsito se han llevado el prestigio de gente culta, pero el rascar un poco pone las cosas en su sitio. Lo cual es curioso, porque los conservadores disponen de intelectuales serios y cultos, pero éstos son más modestos, y parece que han preferido dejar paso a los publicistas de habilidades polémicas.

El primer caso tiene que ver con la historia. Los historiadores profesionales vienen denunciando las obras de los nuevos ensayistas, que no han visto un legajo en su vida, y que están haciéndose de oro explotando el revisionismo sobre la Segunda República y la Guerra Civil. En este caso, tengo un procedimiento infalible: cuando aparece un libro nuevo sobre este periodo, busco lo que dicen sobre el coronel Julio Mangada. Una primera posibilidad es que no lo mencionen o se limiten a lo conocido por todos (incidente de Carabanchel, Columna Mangada, etc.); en este caso, aunque puede ser una opción legítima del autor a la hora tratar este periodo, hay que desconfiar. Pero hay una prueba del algodón: que ni siquiera sepan escribir su segundo apellido (Rosenörn). He hecho esta prueba con el último libro (bueno, uno de los cien últimos de este año) de César Vidal, y no la ha pasado: que escribe algo parecido a Rosehorn; está claro: copia de Guillermo Cabanellas, y no ha visto un documento histórico original en su vida.

El segundo caso que me acabo de encontrar es el de Amando de Miguel. Este sociólogo se está dedicando últimamente a hablar de filología, ha escrito algún libro sobre esta materia, y lleva una sección en el portavoz de este grupo mediático, Libertad Digital. Quizás porque también participa de esta exaltación neorromántica de la lengua como símbolo de las esencias patrias, que no sólo es propia de los nacionalismos periféricos, sino que se han traído los nuevos nacionalistas españoles. No es de extrañar, por tanto, que el asunto de los idiomas internacionales no sea santo de su devoción. De Miguel ya había mencionado en varios artículos el caso del esperanto; a mi entender erróneamente, con concepciones desfasadas por completo sobre la naturalidad o artificialidad de la lengua. No obstante, le concedía el derecho de la duda: no todo el mundo tiene por qué tener el mismo concepto sobre estos asuntos, y además quizás no soy imparcial. Pero lo de ayer ya ha sobrepasado cualquiera raya: copio porque no tiene desperdicio.

(...) me dice que hay una nueva lengua artificial, sucesora del esperanto, que es el ido. Felicidades. Permítaseme solo una pequeña cautela. El ido no pasará de ser una lengua muerta, aceptada por una minoría de personas cosmopolitas, sin literatura posible. Pero, en fin, bienvenida sea la iniciativa.

Que alguien que se las da de experto y escribe sobre lenguas, llame idioma nuevo al ido, que va a cumplir 100 años y dio tanto que hablar en su momento... lo siento, no tiene ni puñetera idea de lo que habla.


12.11.06

 

Hay que hablar de Negrín

Hace 50 años, el 12 de noviembre de 1956, falleció una de los políticos más enigmáticos, polémicos e interesantes de la España del siglo XX, Juan Negrín. La guerra civil ha dejado muchas figuras queridas por sus partidarios y odiadas por sus contrarios, pero es raro encontrarse a alguien al que quienes debían ser sus partidarios hayan despreciado tanto, sin que probablemente se lo merezca hasta este extremo. He tratado en otras ocasiones el caso del coronel Julio Mangada, conocido esperantista, a quien la opinión republicana o ha olvidado o ha despreciado, sin que merezca ni lo uno ni lo otro. El caso de Negrín es aún más grave, por su condición de último primer ministro de la República (bueno, si no contamos a los que continuaron en el exilio, entre los cuales hay que mencionar a otro activo partidario del esperanto, el general Emilio Herrera).

Dado que en este blog suelo tratar sobre todo temas relacionados con el esperanto, habría que empezar explicando cuál es el motivo de hablar de Negrín. Bueno, no parece que hubiera una relación muy directa. Es conocido que era un políglota, y algunas fuentes han asegurado que fue elegido presidente del gobierno porque era el único político capaz de mantener conversaciones diplomáticas con los gobiernos británico, francés, alemán y ruso en sus respectivos idiomas. Pero sí puedo traer una relación casual: durante estos días se ha emitido en Televisión Española un documental dirigido por Pedro Carvajal y con guión de su biógrafo, el historiador vasco Ricardo Miralles, que también se emite durante las jornadas que con ocasión de este aniversario se han organizado en el Cuartel del Conde-Duque de Madrid. Pues bien, además de que en el mismo se trata con detalle la actuación de Negrín en relación con el asesinato de otro esperantista, el líder del POUM, Andreu Nin, hay una aparición del esperanto que a casi todo el mundo le pasa inadvertida: cuando se trata del exilio de Negrín en Londres, aparece la recepción que se le tributa en diversos círculos políticos, y en una de las fotos se puede ver un cartel en esperanto, que editó el Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya y que he recogido en mi colección de carteles. (Me dice Pedro Carvajal que las fotos, filmadas en la casa de Carmen Negrín, probablemente proceden de un centro hispánico que el Doctor Negrín creo en Londres).Cartel en esperanto

Reconozco que no es una conexión muy espectacular, pero sobre la relación más general del esperanto con la guerra civil se puede leer en otra página y tendré ocasión de hablar con más detalle muy pronto.

Sobre la figura de Negrín se está discutiendo mucho durante estos días, y se están reivindicando bastantes de sus acciones, poniéndolas en el contexto de sus responsabilidades en medio de una terrible guerra civil. Por ejemplo, sobre su papel en el traslado del oro del Banco de España a Moscú, está claro que era su responsabilidad como Ministro de Hacienda de un gobierno legítimo, aunque se pueda discrepar sobre los detalles de la valoración.

Otro debate es su posición en el debate entre guerra o revolución. Este asunto, suficientemente conocido y discutido en España, lo he tratado con más detalle en mi bitácora en esperanto, ya que he comprobado que fuera de los ambientes hispanos o académicos hay mucha confusión al respecto. En primer lugar, en determinados medios hay cierta simpatía por la llamada Revolución Española, y por las posiciones anarquistas y del POUM, quizás por la imagen transmitida por el libro de George Orwell, "Homenaje a Cataluña" y por el filme de Ken Loach "Tierra y libertad". Esta polémica ya tuvo lugar de forma ácida en el seno de la prensa en esperanto durante la propia guerra, y sobre todo tras los sucesos de Barcelona, como se describe en el artículo citado. Además, he comprobado que a muchas personas, incluso cultas e interesadas en la historia o la política, les despista la posición comunista durante la guerra, contraria a cualquier aventura revolucionaria que comprometiera el esfuerzo bélico y enajenara el apoyo de los progresistas españoles y europeos, y están convencidos, por el contrario, de que la posición comunista era favorable a la revolución.

En mi opinión, la presunta entrega de Negrín a los comunistas no es, ni más ni menos, que la coincidencia derivada de la circunstancia de que ambos, comunistas y socialistas negrinistas, tuvieron razón en la mayoría de las decisiones que tuvieron que tomar. Tuvieron razón en su insistencia en la disciplina y la unidad frente al énfasis que otros pusieron en el entusiasmo y el espontaneísmo: el ejemplo del citado Mangada es esclarecedor: sus triunfos en el inicio de la guerra quedaron en nada cuando sus milicianos tuvieron que enfrentarse a los legionarios y las tropas moras, mucho más profesionales y despiadadas. Igualmente, su empeño en resistir hasta enlazar con una futura guerra europea se vio vindicado cuando la Guerra Mundial comenzó apenas seis meses tras el final de la española. Y finalmente, su oposición a la capitulación ante las tropas de Franco, y a la búsqueda de paz a cualquier precio, se demostró lúcida cuando se considera la represión inmediatamente posterior.

Es decir, si Negrín fue criticado por sus acciones, el tiempo ha demostrado que tenía razón, al igual que lo tenía el partido comunista, y muchos otros miembros del campo republicano. Quedan los reproches morales, la desconfianza, los juicios de intenciones. Pero esto ya está más sujeto a la ideología y la trayectoria de quien juzga, y mucho menos a la investigación histórica objetiva. Yo mismo soy más bien prietista, pero tengo la impresión de que el tratamiento de Indalecio Prieto a Negrín era más pasional y personal de lo que hubiera sido aconsejable.

Calificar a los partidarios de esta línea como comunistas puede ser lógico cuando se ve que efectivamente se hicieron miembros del partido muchas personas que quizás no sabían nada de marxismo, pero que coincidían con su estrategia. Pero también se llevó demasiado lejos: en la polémica en el campo del esperanto que se describe en el artículo citado, se acusó de comunistas a los redactores de la revista "Popola Fronto", que eran más bien cercanos a los socialistas, y de los que no hay constancia de que se llegaran a hacer miembros del partido comunista.

Que Negrín (y "Popola Fronto") defendieran la estrategia del partido comunista (o viceversa) quizás se debiera simplemente a que en las circunstancias de una guerra cruel como aquella, pocas otras alternativas quedaban.


6.11.06

 

He encontrado mi pueblo en dos Wikipedias

Hace tiempo seguí la propuesta del diputado Rafael Estrella, que animaba a duplicar la Wikipedia en castellano, y ahora he visto que se ha lanzado una campaña similar. En este caso la propuesta, o, mejor dicho, el reto, es simple: alcanzar los 250.000 artículos al finalizar el año en la Wikipedia en español.

También he visto que la propuesta ha generado un cierto debate en Barrapunto (Wikipedia: ¿calidad o cantidad?), y que también la discusión está viva con carácter más general, hasta el punto de que ha intervenido el propio Jimmy Wales, fundador de la Wikipedia, que en la reunión anual de la Fundación Wikimedia se decantó por poner la calidad por encima de la cantidad en las contribuciones a la enciclopedia (Wikipedia: calidad, no cantidad).

La verdad es que se trata de un debate interesante, que, como se ve, no sólo se da en la Wikipedia en español. Yo mismo contribuyo a menudo a otra, la Wikipedia en esperanto, y también allí nos encontramos con el mismo dilema, con la agravante de que en ese caso se trata de un colectivo de hablantes más reducido y más disperso, en el que además apenas hay hablantes nativos.

El problema parte, creo yo, de que se plantea el aumento de artículos no como algo bueno en sí mismo, sino como una especie de concurso, para aumentar el prestigio del correspondiente idioma. En el caso del esperanto, por ejemplo, se ha llegado ya a 60.000 artículos. Sin embargo, algunos son muy reducidos, lo que hace que la clasificación de Wikipedias por idioma, que hace que el esperanto esté en 15º lugar en cuanto a número total, baja al 20º cuando se emplean otros criterios, como tamaño o número de enlaces internos. Como decía, es una cuestión de prestigio, que yo mismo saludé al llegar a los 30000 artículos, y que se da también en muchas otras versiones.

VikipedioEl problema es que ese prestigio se pierda dentro de los propios usuarios. No tiene por qué ocurrir, ya que la enciclopedia en esperanto tiene artículos muy interesantes. Por ejemplo, los que hacen referencia a escritores en castellano, muy trabajados por mi amigo Kani, o sobre Cantabria, por citar dos cercanos. Además, muchas enciclopedias se componen de muchos artículos cortos, como la Micropædia de la famosa Encyclopaedia Britannica.

Sin embargo, esto no pasa sólo en las wikipedias en español o esperanto. De hecho, debo informar de algo muy curioso: ¡He encontrado mi pueblo en dos Wikipedias!

Para poder valorar por qué escribo este signo de admiración, debo aclarar, en primer lugar, que se trata de una pequeña aldea castellana, y, en segundo, que no me lo he encontrado en ninguna de las lenguas citadas (como podrían suponer algunos, pensando que yo mismo he redactado el artículo). No, me lo he encontrado en las Wikipedias en portugués y en italiano: ver respectivamente aquí y aquí.

En la montaña

Para saber de qué pueblo estoy hablando, mira en esta otra página de esta misma web, o al artículo de la Wikipedia en español donde aparece el pueblo vecino, que es el otro mi pueblo.

He utilizado esta anécdota en un artículo en una revista electrónica en esperanto: Libera Folio, y en mi bitácora en esperanto, para hablar sobre la calidad de la Wikipedia. No en relación con las polémicas sobre este concepto que he leído en varios lugares, y que trataré en otro momento, sino acerca de las críticas específicas a la citada versión en esperanto. Se trata básicamente de las que hacen referencia al elevado número de artículos cortos, o generados de forma automática. Lo pongo en relación con el caso de otras Wikipedias, como la portuguesa, y sugiero que se emplee un sistema parecido al de la versión hispana, que limita seriamente esos métodos.

Permitid, por tanto, que desde mi experiencia en otra Wikipedia, participe en el debate abierto en el caso de la Wikipedia en castellano, para dar un consejo claro: si se desea animar a que la gente escriba, me parece bien y estoy dispuesto a contribuir. Pero si se van a utilizar cortocircuitos, no lo hagáis: quizás parezca que aumenta el prestigio del idioma español, pero en realidad quien sale perdiendo es el prestigio de la Wikipedia.


2.11.06

 

Carta abierta a la Señora Embajadora de Polonia en España

Excelentísima Sra.:

Leo en la página web de la Embajada que usted dirige la siguiente frase:
"han cambiado los objetivos de la política europea, el mundo se está
convirtiendo en una aldea global donde lo importante es la información y
el conocimiento mutuo entre las diferentes culturas. En Polonia, la cultura
española goza de una gran popularidad. (...) A los polacos nos queda dar a
conocer aquí, en la bella tierra española, todas las riquezas de nuestra
cultura, salir del gran desconocimiento que la rodea."

Tienen ustedes razón, y es una lástima el gran desconocimiento que sobre Polonia mantiene gran parte de la población española. Me atrevo a asegurar que entre los pocos que estamos bien informados sobre la sociedad polaca nos encontramos las personas que hablamos y somos partidarios del idioma esperanto, que, no lo olvidemos, fue iniciado por un ciudadano de su país, nacido en Byalistok y fallecido en Varsovia, el Dr. Zamenhof. Me atrevo a asegurar que a ningún hablante del esperanto le resultan desconocidos los nombres de Henryk Sienkiewicz, Adam Mickiewicz, Bolesław Prus o Wisława Szymborska.

La comunidad esperantohablante, aunque no comparable en número a los hablantes de otras grandes lenguas mundiales como el castellano, ha sido siempre una especie de embajadora de la cultura polaca en los países donde viven sus partidarios, y se encuentra de alguna manera ligada a Polonia por la propia historia del idioma.

A ello han contribuido en gran medida las emisiones en el exterior de Radio Polonia, en el idioma esperanto, que desde hace muchos años han transmitido las noticias y la sociedad de Polonia a muchos lugares del mundo, tanto mediante las ondas de radio como, recientemente, a través de Internet.

Por esta razón, como fiel oyente de esta emisora, he recibido con enorme consternación la noticia de que la dirección de Radio Polonia está planeando el cese de las citadas emisiones en esperanto. Comprenderá usted que considere que con esta decisión, si finalmente se confirma, se produce un grave daño a ese objetivo defendido por la acción exterior de la República Polaca, y que ustedes reflejan en su página web: el conocimiento y la comprensión de su país en el exterior.

Me permito dirigirme a usted para que transmita a la dirección de Radio Polonia y a sus superiores en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país, la solicitud de que reconsideren esta decisión, de forma que Radio Polonia en Esperanto continúe siendo una voz que traiga a las personas interesadas en la sociedad de Polonia, la actualidad de su país y la cultura que alberga.

Le saluda atentamente,
José Antonio del Barrio