31.1.10

 

Redes sociales sin fronteras

Hace año y medio escribí un artículo para el Boletín de la Sociedad de la Información, en el que hablaba de cómo la Red había cambiado la forma de usar el esperanto, y cómo ahora era todo mucho más fácil para sus hablantes, de forma que una parte muy importante de la comunicación en ese idioma se hacía ahora por medio de Internet. Actualmente se puede aprender esperanto en línea, leer, ver películas, bajarse películas, conocer gente nueva, etc.

Lo que decía entonces sigue siendo válido, pero además se ha incrementado, gracias a la explosión del uso del esperanto en las redes sociales. El uso del esperanto para lo que fue creado, para comunicarse por encima de fronteras, se ha generalizado de manera asombrosa y casi caótica.

Hay grupos de esperantistas en Facebook, en Orkut, o en la rusa vK. También, aunque menos activos, en Myspace, en Hi5, en Livejournal, en Flickr, en Vox (los enlaces en estos casos dirigen a mi perfil). Y seguro que en algunos más.

Además de estas redes generales, hay algunas donde los esperantistas se han concentrado para encontrarse mejor con otros hablantes de la lengua. La más exitosa es Ipernity, que no es estrictamente una red social (es muy parecido a Flickr), pero que gracias a su política multilingüe ha sabido atraer a los hablantes de esperanto, que ocupan una proporción relativamente elevada de sus usuarios. Algo parecido ha ocurrido en los últimos meses con Ning.

Se da en estos casos una tensión que es muy debatida en los círculos esperantistas: si es más importante que los hablantes de la lengua participen de forma activa en la sociedad general, incluso para informar sobre el esperanto y, en su caso, convencer sobre la conveniencia de que se utilice más (lo que en nuestra jerga se llama Finvenkismo, o sea, partidarios del éxito final), o bien si uno debe despreocuparse de este asunto, y concentrarse en gozar de la comunicación en el idioma con quien ya lo hablan (en este caso se habla de Raŭmismo, por el nombre de un manifiesto donde se defendía esta tesis). Mi opinión es que, en realidad, casi todos los hablantes de esperanto son medio finvenkistas, medio raumistas: disfrutamos de las ventajas que el esperanto ya nos proporciona, y tratamos de convencer a la sociedad de lo interesante y necesario que es el idioma. Sólo las proporciones varían dependiendo de cada uno, del carácter y las circunstancias personales.

Estos diferentes usos se pueden ver en otra comunidad que está creciendo de forma impresionante en los últimos tiempos, también entre los esperantistas: Twitter. En este caso hay personas que lo utilizamos para relacionarnos con hablantes de otros países, y se ha formado ya una pequeña comunidad muy internacional, donde fácilmente se establecen diálogos con rusos, alemanes, estadounidenses, suecos, japoneses, brasileños, sin que importe mucho la nacionalidad ni la condición personal. Y a la vez se ha revelado una forma apropiada para informar sobre el esperanto. Incluso para enseñarlo, como ya informé hace unos meses (ver http://twitter.com/cursoesperanto). También para estar al tanto de las últimas noticias: por ejemplo, así nos acabamos de enterar de la presentación en el famoso Festival de Sundance de un documental sobre "Utopías" que tiene como uno de sus ejes principales el esperanto, e incluso hemos podido leer las primeras reacciones en el estreno.

La verdad es que, si uno se lo piensa dos veces, es asombroso cómo ha variado la comunicación internacional. No han caído los muros entre las naciones, de los que hablaba Zamenhof, pero su invento sigue haciendo el mundo cada vez más pequeño y más cercano.

NOTA: Acaba de anunciarse la creación de otra red social para hablantes de esperanto, tras la obtención del dominio esperanto.com, hasta ahora secuestrado por un ciberokupa. Acaba de empezar, así que ya veremos qué nicho ocupa en este panorama. Ya veremos.


10.1.10

 

Se buscan editores valientes

La repercusión mediática del aniversario de Lázaro Zamenhof, del que hablé en el artículo anterior, trajo una sorpresa: la noticia de que se había publicado la primera traducción profesional al castellano de una obra literaria escrita originalmente en esperanto. Se trata de "La liberación del juez" de Ferenc Szilágyi, a cargo de Javier Guerrero, cuya edición fue recogida en varios periódicos y blogs.

Hay que aplaudir la iniciativa de la editorial Alpha Decay que ha tenido el olfato y el buen gusto de entrar en un terreno inédito en España. Y es que cuando uno lee la monumental (más de 700 páginas, ¡y eso que se llama "concisa"!) enciclopedia sobre la literatura original en esperanto, que entre otras informaciones dispone de datos sobre las traducciones desde el esperanto a otros idiomas, llama la atención las poquísimas traducciones al castellano (y al resto de lenguas españolas). Existen muchas obras literarias traducidas del esperanto al portugués o al italiano, por ejemplo, o incluso al lituano o al vietnamita. No sé si ello es mérito del mundo editorial de esos países, o a una mejor labor de los esperantistas locales, que han sabido convencer a los editores de que el esperanto es un idioma literario interesante, mucho más de lo que la gente con prejuicios sobre las lenguas construidas puede pensar.

Por poner un ejemplo, existe una magnífica antología de obras de ciencia-ficción traducidas del esperanto al italiano, "La lingua fantastica", al que contribuyeron algunos españoles (principalmente Miguel Gutiérrez Adúriz), pero no existe algo parecido en español. Es verdad que hay traducciones de textos relacionados con el propio idioma esperanto, y también varias del prolífico Tibor Sekelj, aunque en este caso no se trata estrictamente de obras de ficción, y además Sekelj escribió incluso en castellano. También puedo citar la curiosa existencia de una traducción al vasco de los chistes de Louis Beaucaire.

Pero pocos editores han sacado partido de la riqueza de la edición en esperanto. Tuve ocasión de comprobar la dificultad de disolver prejuicios cuando hice algunas gestiones para buscar editor para las memorias de Tivadar Soros, el padre del conocido financiero George Soros, que tuvieron cierto éxito cuando aparecieron en inglés, y eso que el libro original en esperanto, "Maskerado", fue publicado por un editor canario, y que las aventuras que narra, su milagrosa supervivencia del Holocausto nazi en Budapest, son enormemente llamativas. Algo parecido ocurrió hace unos meses, cuando buscamos editor para la versión en español del interesante libro de Antonio Marco Botella sobre la historia del movimiento esperantista obrero, que finalmente ha tenido que publicar una asociación esperantista.

Hay otros libros que me atrevería a recomendar a un editor sin prejuicios. Por ejemplo, "La calle Zamenhof", una entrevista periodística con el único superviviente de la matanza que sufrió la familia Zamenhof durante la ocupación nazi de Polonia, y que es una buena introducción a la vida del fundador del esperanto y el ambiente que le rodeaba, así como a la terrible aniquilación de toda una civilización; ha sido traducido a numerosas lenguas, y me consta que la versión en castellano está muy avanzada, y creo que tendría un interés mucho más grande que en la estrecha comunidad esperantista. Pero si queremos centrarnos en la literatura, hay de sobra para elegir. Sólo hace falta un poco de valentía.