12.11.07

 

Monarquismo banal

Qué mejor ejemplo de nacionalismo banal que el esperpento de la Cumbre Iberoamericana de Santiago. Ahora tendremos además monarquismo banal.

Que Zapatero defienda a su predecesor y a las empresas españolas no me escandaliza: va en su sueldo. Pero que eso algunos lo llamen “defender a España”, sí.

Que el rey trate a un presidente electo como si fuera su criado, eso es lo esperpéntico. En una cumbre europea no lo habría hecho nunca.


9.11.07

 

Dos cartas al director

Me han publicado hoy una carta al director de "El País". La copio aquí, ya que no aparece en la versión digital, probablemente porque sólo se haya publicado en la edición de Madrid. Se explica sola, así que no cuento el contexto ni cambio nada; sólo he añadido un par de enlaces:

Con ocasión del traslado de las dependencias del Ayuntamiento de Madrid a su nueva sede recordaba "El País" (6 de noviembre, sección de Madrid) a los alcaldes de esta ciudad, Pedro Rico y Rafael Henche, condenados al olvido por el régimen fascista debido a que desempeñaron su puesto durante la República o la Guerra Civil. Desgraciadamente, se olvidaron ustedes mismos de otro alcalde, que estuvo en su puesto durante los peores momentos de la guerra, tras el abandono de Rico. Se trata de Cayetano Redondo Aceña.

Redondo era tipógrafo y periodista, fue presidente de la Juventud Socialista, director de "El Socialista", diputado en las Cortes Constituyentes, activo defensor del idioma esperanto y un ejemplo de superación personal en todas sus actuaciones.

Su destino fue especialmente trágico. El bando vencedor no se conformó con olvidarle: le fusiló en las tapias del cementerio de la Almudena en mayo de 1940. Si hay alguien que merece nuestra memoria es el alcalde Cayetano Redondo. No se olviden de él.

En cambio, no han publicado otra carta que les había remitido unos días antes (no, no me dedico habitualmente a escribir a los periódicos, y tampoco me quejo de que no la hayan publicado), y que, ya puestos, también voy a copiar, con los enlaces correspondientes.

El domingo publicaba "El País" una columna de Timothy Garton Ash, con el título "La Europa de Babel", en el que diagnosticaba correctamente que "el verdadero obstáculo para que exista una democracia deliberativa de alcance europeo (...) es que hablamos y pensamos muchas lenguas diferentes".

Ante ello, la solución que nos siguen presentando desde las instancias dominantes continúa siendo la misma: el papel cada vez más extendido e invasivo del inglés como lengua de relación con los poderes de Bruselas y Estrasburgo. No hay más que ver las páginas web de la Unión Europea, o la lengua en la que se presentan los documentos de trabajo, o en la que se desarrollan las reuniones informales. Los blogs que han comenzado a publicar algunos comisarios europeos están casi enteramente escritos en inglés, con la curiosa e inevitable consecuencia de que los comentarios están copados por euroescépticos británicos. Incluso uno tiene la impresión de que las opiniones del Sr. Garton Ash, a pesar de lo muy clarividentes que suelen ser, no recibirían la misma atención si hubieran sido publicados originalmente en un diario italiano.

¿La solución? Me basta con copiar la respuesta de un amigo inglés que The Guardian recogió en su sección de cartas tras la publicación del texto original: "Problemo? Kiu problemo? Esperanto, sinjoro Garton Ash. Esperanto!".

Está claro: The Guardian publica mejores cartas que El País :-)