20.2.05
Petr Ginz
Seguramente no hay mejor forma de comenzar este nuevo formato de información que dando a conocer una historia que conocí sólo durante el pasado mes de enero, con ocasión del 60 aniversario de la liberación de Auschwitz. Se pudo leer entonces en diversos medios sobre un joven de 16 años que falleció en ese lugar, Petr Ginz, ya que se aprovechó la ocasión para editar algunos de sus escritos.
Ginz es totalmente desconocido en España, lo que quizás es una prueba más del relativo desinterés que el asunto del holocausto recibe en este país. Sin embargo, su nombre se hizo muy famoso en medios internacionales hace un par de años, debido a una circunstancia casual: en el accidente de la nave Columbia el 16 de enero del 2003 falleció un astronauta israelí, el primero de su país, Ilan Ramon, que había llevado como recuerdo y homenaje al espacio un dibujo que Petr Ginz había realizado en el campo de concentración de Terezín (Theresienstadt), en la República Checa, durante la segunda guerra mundial. La figura representaba una curiosa visión de la Tierra desde las montañas de la luna, y se convirtió en un símbolo del holocausto.
El joven Petr, de origen judío checo, era hijo de un conocido y activo esperantista Ota Ginz. Según todas las informaciones, se trataba de un muchacho de gran talento, que editó una revista durante su estancia en el campo de concentración, redactó diversas obras y dejó muchos dibujos, además de cartas a los padres y un diario (por lo que algunos medios han utilizado la expresión el Ana Frank checo, para referirse a él).
Sobre este asunto dedicó un extenso reportaje el International Herald Tribune, que mencionaba que el propio Petr era esperantista y que durante su estancia en el campo de concentración dedicó parte del tiempo a escribir un diccionario checo-esperanto.
A comienzos de este año 2005, se le ha recordado también mediante la edición de un sello común de los correos checo e israelí y dando su nombre a un asteroide.
Su emocionante historia la han recordado también los medios en esperanto, entre otros mediante un artículo que se puede ver en la red, en la revista electrónica "Libera Folio", con el sugestivo título de "El esperantista que viajó del gueto al espacio".
Importante postdata: Su diario ha sido traducido al castellano y al catalán. Ver aquí un informe sobre esta noticia.
Ginz es totalmente desconocido en España, lo que quizás es una prueba más del relativo desinterés que el asunto del holocausto recibe en este país. Sin embargo, su nombre se hizo muy famoso en medios internacionales hace un par de años, debido a una circunstancia casual: en el accidente de la nave Columbia el 16 de enero del 2003 falleció un astronauta israelí, el primero de su país, Ilan Ramon, que había llevado como recuerdo y homenaje al espacio un dibujo que Petr Ginz había realizado en el campo de concentración de Terezín (Theresienstadt), en la República Checa, durante la segunda guerra mundial. La figura representaba una curiosa visión de la Tierra desde las montañas de la luna, y se convirtió en un símbolo del holocausto.
El joven Petr, de origen judío checo, era hijo de un conocido y activo esperantista Ota Ginz. Según todas las informaciones, se trataba de un muchacho de gran talento, que editó una revista durante su estancia en el campo de concentración, redactó diversas obras y dejó muchos dibujos, además de cartas a los padres y un diario (por lo que algunos medios han utilizado la expresión el Ana Frank checo, para referirse a él).
Sobre este asunto dedicó un extenso reportaje el International Herald Tribune, que mencionaba que el propio Petr era esperantista y que durante su estancia en el campo de concentración dedicó parte del tiempo a escribir un diccionario checo-esperanto.
A comienzos de este año 2005, se le ha recordado también mediante la edición de un sello común de los correos checo e israelí y dando su nombre a un asteroide.
Su emocionante historia la han recordado también los medios en esperanto, entre otros mediante un artículo que se puede ver en la red, en la revista electrónica "Libera Folio", con el sugestivo título de "El esperantista que viajó del gueto al espacio".
Importante postdata: Su diario ha sido traducido al castellano y al catalán. Ver aquí un informe sobre esta noticia.
Comentarios:
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me parece un comentario excepcional ya que no devemos olvidar a todos aquellos victimas del nacismo.fagotistajulia@hotmail.com
en este siglo XXI ya no hay gente que tenga esperanza, comete ahora crimenes mas atroces que los que vivio Ginz en un campo de concentracion, ahora los campos se equiparan a las aulas y el exterminio es mental debido a factores externos como publicidad, mercadotecnia, solvencia económica e ideas In y Out, ojala pudieran publicar el diario en linea de este chico y aprenderle algo de su esperanza
Acabo de terminar de leer el Diario de Praga de Per Ginz editado en Barcelona por Acantilado. Tras su lectura solamente quiero aqui destacar la idea de lo que él mismo nos dice en 1942 " Lo que resulta ahora totalmente corriente, hubiera sido motivo de escándalo en una época normal". ¿ Puede esto volver a ocurrir? Alerta a navegantes. La democracia y los derechos individuales hay que reinvindicarlos todos los días. Nada es para siempre.
Saludos. Muy curiosa historia, si me permites la comentaré en mis redes sociales. Si te paseas por mi blog encontrarás (aparte de las cosas que me interesan y sobre las que escribo, alguna de ellas publicada) un artículo especial sobre el fundador del esperanto. Seguramente muchas cosas ya las conozcas, pero, quién sabe, quizás te aporte algo nuevo. Un saludo.
De nuevo, un hijo de esperantista desarrolla un gran talento y es conocido pir ello. Como Dalí, Verne o los Del Barrio...
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