12.11.06

 

Hay que hablar de Negrín

Hace 50 años, el 12 de noviembre de 1956, falleció una de los políticos más enigmáticos, polémicos e interesantes de la España del siglo XX, Juan Negrín. La guerra civil ha dejado muchas figuras queridas por sus partidarios y odiadas por sus contrarios, pero es raro encontrarse a alguien al que quienes debían ser sus partidarios hayan despreciado tanto, sin que probablemente se lo merezca hasta este extremo. He tratado en otras ocasiones el caso del coronel Julio Mangada, conocido esperantista, a quien la opinión republicana o ha olvidado o ha despreciado, sin que merezca ni lo uno ni lo otro. El caso de Negrín es aún más grave, por su condición de último primer ministro de la República (bueno, si no contamos a los que continuaron en el exilio, entre los cuales hay que mencionar a otro activo partidario del esperanto, el general Emilio Herrera).

Dado que en este blog suelo tratar sobre todo temas relacionados con el esperanto, habría que empezar explicando cuál es el motivo de hablar de Negrín. Bueno, no parece que hubiera una relación muy directa. Es conocido que era un políglota, y algunas fuentes han asegurado que fue elegido presidente del gobierno porque era el único político capaz de mantener conversaciones diplomáticas con los gobiernos británico, francés, alemán y ruso en sus respectivos idiomas. Pero sí puedo traer una relación casual: durante estos días se ha emitido en Televisión Española un documental dirigido por Pedro Carvajal y con guión de su biógrafo, el historiador vasco Ricardo Miralles, que también se emite durante las jornadas que con ocasión de este aniversario se han organizado en el Cuartel del Conde-Duque de Madrid. Pues bien, además de que en el mismo se trata con detalle la actuación de Negrín en relación con el asesinato de otro esperantista, el líder del POUM, Andreu Nin, hay una aparición del esperanto que a casi todo el mundo le pasa inadvertida: cuando se trata del exilio de Negrín en Londres, aparece la recepción que se le tributa en diversos círculos políticos, y en una de las fotos se puede ver un cartel en esperanto, que editó el Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya y que he recogido en mi colección de carteles. (Me dice Pedro Carvajal que las fotos, filmadas en la casa de Carmen Negrín, probablemente proceden de un centro hispánico que el Doctor Negrín creo en Londres).Cartel en esperanto

Reconozco que no es una conexión muy espectacular, pero sobre la relación más general del esperanto con la guerra civil se puede leer en otra página y tendré ocasión de hablar con más detalle muy pronto.

Sobre la figura de Negrín se está discutiendo mucho durante estos días, y se están reivindicando bastantes de sus acciones, poniéndolas en el contexto de sus responsabilidades en medio de una terrible guerra civil. Por ejemplo, sobre su papel en el traslado del oro del Banco de España a Moscú, está claro que era su responsabilidad como Ministro de Hacienda de un gobierno legítimo, aunque se pueda discrepar sobre los detalles de la valoración.

Otro debate es su posición en el debate entre guerra o revolución. Este asunto, suficientemente conocido y discutido en España, lo he tratado con más detalle en mi bitácora en esperanto, ya que he comprobado que fuera de los ambientes hispanos o académicos hay mucha confusión al respecto. En primer lugar, en determinados medios hay cierta simpatía por la llamada Revolución Española, y por las posiciones anarquistas y del POUM, quizás por la imagen transmitida por el libro de George Orwell, "Homenaje a Cataluña" y por el filme de Ken Loach "Tierra y libertad". Esta polémica ya tuvo lugar de forma ácida en el seno de la prensa en esperanto durante la propia guerra, y sobre todo tras los sucesos de Barcelona, como se describe en el artículo citado. Además, he comprobado que a muchas personas, incluso cultas e interesadas en la historia o la política, les despista la posición comunista durante la guerra, contraria a cualquier aventura revolucionaria que comprometiera el esfuerzo bélico y enajenara el apoyo de los progresistas españoles y europeos, y están convencidos, por el contrario, de que la posición comunista era favorable a la revolución.

En mi opinión, la presunta entrega de Negrín a los comunistas no es, ni más ni menos, que la coincidencia derivada de la circunstancia de que ambos, comunistas y socialistas negrinistas, tuvieron razón en la mayoría de las decisiones que tuvieron que tomar. Tuvieron razón en su insistencia en la disciplina y la unidad frente al énfasis que otros pusieron en el entusiasmo y el espontaneísmo: el ejemplo del citado Mangada es esclarecedor: sus triunfos en el inicio de la guerra quedaron en nada cuando sus milicianos tuvieron que enfrentarse a los legionarios y las tropas moras, mucho más profesionales y despiadadas. Igualmente, su empeño en resistir hasta enlazar con una futura guerra europea se vio vindicado cuando la Guerra Mundial comenzó apenas seis meses tras el final de la española. Y finalmente, su oposición a la capitulación ante las tropas de Franco, y a la búsqueda de paz a cualquier precio, se demostró lúcida cuando se considera la represión inmediatamente posterior.

Es decir, si Negrín fue criticado por sus acciones, el tiempo ha demostrado que tenía razón, al igual que lo tenía el partido comunista, y muchos otros miembros del campo republicano. Quedan los reproches morales, la desconfianza, los juicios de intenciones. Pero esto ya está más sujeto a la ideología y la trayectoria de quien juzga, y mucho menos a la investigación histórica objetiva. Yo mismo soy más bien prietista, pero tengo la impresión de que el tratamiento de Indalecio Prieto a Negrín era más pasional y personal de lo que hubiera sido aconsejable.

Calificar a los partidarios de esta línea como comunistas puede ser lógico cuando se ve que efectivamente se hicieron miembros del partido muchas personas que quizás no sabían nada de marxismo, pero que coincidían con su estrategia. Pero también se llevó demasiado lejos: en la polémica en el campo del esperanto que se describe en el artículo citado, se acusó de comunistas a los redactores de la revista "Popola Fronto", que eran más bien cercanos a los socialistas, y de los que no hay constancia de que se llegaran a hacer miembros del partido comunista.

Que Negrín (y "Popola Fronto") defendieran la estrategia del partido comunista (o viceversa) quizás se debiera simplemente a que en las circunstancias de una guerra cruel como aquella, pocas otras alternativas quedaban.


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Comentarios:
Estoy de acuerdo. La situación era delicada y no había muchas alternativas. Tal vez la mayor tragedia de la izquierda española durante la guerra civil se debió a este tipo de desavenencias que, por otro lado, parecen una constante entre la izquierda de todos los tiempos y de todos los países. Sobre todo, teniendo en cuenta lo unánime y disciplinada que resulta casi siempre la derecha. Pero hay que ver el lado positivo: yo creo que esto sucede precisamente por la libertad y el espíritu crítico inherentes a los militantes de izquierdas, aunque muchas veces se pague un alto precio por ello.
Y, enhorabuena por este interesante blog bilingüe, que contribuye al conocimiento del Esperanto y de nuestra Historia.
Gxis la revido!
 
Gracias, digo, Dankon!
 
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