12.1.07
Babel decreciente, a pesar de las apariencias
Más países en la Unión Europea, más lenguas en las instituciones europeas. Algún periódico ha titulado Crece el multilingüismo en la UE con la incorporación del gaélico, el rumano y el búlgaro.
¿Y si fuera al revés? ¿Y si cuantos más idiomas en teoría, más monolingüismo en la práctica? Es curioso que el único medio de comunicación que haya caído en la cuenta de que es real esta aparente paradoja haya sido uno escrito en inglés, uno de los medios que se están beneficiando de esta situación. Ver The Economist: How more official languages could eventually mean less diversity (cómo más idiomas oficiales pueden terminar significando menor diversidad), y los atinados comentarios de David de Ugarte.
Se vio en el infortunado resultado del concurso para elegir el logotipo del 50 aniversario del Tratado de Roma: eligieron uno escrito en inglés, Tögethér, a pesar de que ese idioma ni siquiera era oficial hace 50 años. Luego, tras las protestas (no del gobierno español, que no se entera, ni tampoco de Aleix Vidal-Quadras, que aprovecha cualquier excusa para denunciar usos del catalán, pero que esta vez estuvo ufano en la entrega del premio, y por supuesto no protestó por el abuso del inglés) han creado un multilogo (una contradicción en sí misma) en más idiomas. La figura de aquí al lado incluye todos, más una aportación de Libera Folio (¿adivináis en qué idioma?)
He buscado en vano alguna alusión en la prensa hispana a las búsquedas de soluciones alternativas a este verdadero problema, y sólo me he encontrado con loas a la diversidad y palabras hueras, que esconden la verdad: que en la práctica el inglés se impone más y más. En realidad, el multilingüismo sólo se practica en el Diario Oficial y en los plenos del Parlamento Europeo, pero que en el trabajo cotidiano uno puede ser monolingüe sólo si es británico, incluso en el propio Parlamento.
En vano he buscado alguna alusión a la única solución que puede salvar a la UE de caer en la contradicción de emplear casi sólo el idioma de su integrante más renuente a la propia Unión (aparte del polaco, del que no quiero volver a hablar): la consideración de una lengua neutra como el esperanto. Sólo la web en castellano de la radio holandesa parece haber sido consciente del problema, e incluso menciona el Informe del profesor Grin, suizo, para el Alto Consejo Francés de Evaluación de la Escuela (L’enseignement des langues étrangères comme politique linguistique), que recomiendo leer por su claridad de ideas y su seriedad metodológica.
Mientras tanto, como siempre, los medios de comunicación españoles, siguen sin enterarse.
Perdona las molestias, pero las elecciones son así…
Un saludo,
hugo
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