1.3.07
Mangada, una autobiografía kuriosa
Acabo de publicar aquí en la web una página que creo que va a resultar atractiva tanto a los que se interesan por temas históricos, como sobre todo a los que les atraen algunas curiosidades lingüísticas del idioma español. Se trata de una breve autobiografía del coronel republicano, y protagonista destacado de los primeros momentos de la guerra civil española, Julio Mangada Rosenörn.
Sobre el interés histórico, baste con saber que Mangada fue uno de los miembros más conocidos del sector radical de los militares republicanos españoles, y su participación en diversos acontecimientos durante las primeras décadas del siglo XX hicieron de él una de las figuras más populares de la República. Al comienzo de la guerra civil guió la denominada Columna Mangada, cuyas actuaciones en los primeros meses le crearon una fama impresionante. Sin embargo, hoy en día su figura ha perdido notoriedad, y es sintomático que sea uno de los pocos militares relevantes de la época que carecen de un estudio biográfico serio. Con seguridad, el mejor de los accesibles en red sea justamente el que publiqué hace un par de años, aunque tiene la particularidad de que está escrito en esperanto, un idioma del que Mangada fue un conocido paladín. Esta ligazón suya con la lengua internacional ha hecho que Mangada sea más conocido en otros países, en medios relacionados con este idioma, que en España, donde esta circunstancia tal vez ha disuadido a algunos historiadores, que pueden temerse que precisamente la barrera lingüística les aleje de algunas posibles fuentes de información. De hecho, muchas de sus actividades y algún fragmento autobiográfico sólo son accesibles en esperanto. También, algunos estudios sobre él han sido publicados en la misma lengua, como los del japonés Yukio Hirai o el alemán Ulrich Lins, además de los de Antonio Marco Botella, y el mío propio. En mi caso, un pequeño resumen en español se puede leer aquí.
El fragmento autobiográfico que ahora presento tiene cierto valor histórico, a pesar de su parquedad, pero quizás sea más interesante desde el punto de vista filológico, por el medio donde se publicó. No, no me refiero a que también tenga una versión en esperanto, sino a la peculiar ortografía que utiliza. Fue editado en una revista que favorecía y empleaba una ortografía racional del castellano, como se deduce ya de su título: “Renobasión”. Esta revista se editó en Méjico, entre 1937 y 1948, y tuvo una circulación limitada, pero no despreciable. Sus propuestas son similares a las que hace unos años defendió Jesús Mosterín (“La ortografía fonémica del español”), e incluyen el uso sistemático de la k, la sustitución de v por b, el empleo de je y ji como hacía Juan Ramón Jiménez, y la creación de un símbolo nuevo, la r con un guión encima para el sonido vibrante (como la rr en medio de la palabra), aunque en este último caso he tenido que sustituirlo por una r acentuada, por razones de codificación de la página web. La ch se representa por h, al contrario de la propuesta de Mosterín, que prefería la c.
Creo que puede resultar fascinante. De hecho, Julio Cortázar utilizó un fragmento de “Renobasión” en el capítulo 69 de la novela “Rayuela”, creando un interesante efecto estilístico. Ya había hecho alusión a ello en mi biografía de Eugène Lanti, el promotor del anacionalismo, al que se menciona en ese fragmento, y que es una figura muy interesante y casi totalmente desconocida en la actualidad.
Como decía antes, el texto autobiográfico de Mangada también es accesible en una versión en esperanto, que fue publicada en un suplemento que “Renobasión” tenía en este idioma, con el título “Renovigo”, en el que colaboró Mangada en diversas ocasiones. También he aprovechado la ocasión para publicar un texto literario debido a Mangada. Esta faceta de su personalidad era bastante conocida, y se menciona algo irónicamente en algunos testimonios contemporáneos; en realidad, su talento en este campo no era muy grande, ni en sus obras originales, ni en sus traducciones. Pero, bueno, puede resultar interesante ver qué pinta tiene el “Romance de Abenámar” en esperanto (hay otra versión de otro autor aquí).
Para finalizar, debo matizar que el texto sí tiene cierto valor historiográfico, ya que describe la peripecia de Mangada tras su exilio. Y es que Mangada se exilió en Méjico donde moriría el 14 de abril (republicano hasta el final) de 1946. Como se dice en el texto, llegó allí procedente de Argelia, gracias a la solidaridad de los esperantistas de todo el mundo. Que numerosas publicaciones sobre la guerra, de historiadores serios y menos serios, afirmen todavía que murió en el norte de África, muestra las lagunas académicas sobre su personalidad. A ver si poco a poco lo vamos remediando.