25.6.07
El eternauta (el esperanto)
Hace unos días recorrí la recién terminada Feria del Libro de Madrid buscando un ejemplar de “El Eternauta” y no lo encontré. Me han dicho que está agotado en España y que están a punto de reeditarlo, y he leído que ello va a coincidir con la publicación de una biografía de su autor, Héctor Germán Oesterheld. Se recordarán de esta forma los 50 años de la aparición de la obra, y los 30 de la desaparición del autor.
Después de los textos que los últimos días he dedicado a imágenes, figuras, historietas, todas ellas relacionadas de alguna forma con el esperanto, es bueno terminar (por el momento) con Oesterheld. Podría esperar a la edición del cómic o de la biografía, pero me voy a adelantar porque la figura de Oesterheld, incluyendo su trágico final, se lo merece.
Y es que en un foro sobre historia del esperanto ha aparecido la noticia de que Oesterheld era esperantista, hablaba el idioma internacional, e incluso hay quien ha visto en algunas de sus historias, ideales de los que tradicionalmente se asocian con esta lengua internacional.
Para quien no le conozca, Héctor Germán Oesterheld es una figura fundamental en la historieta argentina. Se dice que es el fundador del guión en este género literario. Aquí en España se le conoce un poco menos, y hasta hace poco no había tenido ocasión de leerle, pero me he quedado fascinado con algunas de sus historias (las de Ernie Pike, especialmente).
Su compromiso político (montonero) le llevó a ser secuestrado por la dictadura de su país, que también cometió la infamia de hacer desaparecer (es decir, asesinar) a sus cuatro hijas y quedarse con los bebés que dos de ellas esperaban. Trágico, despreciable, inconcebible.
Pues bien, como decía, Oesterheld había aprendido esperanto. La noticia saltó porque un compañero encontró una breve nota en una revista de 1940, dedicada especialmente a jóvenes y estudiantes La Juna Vivo, noviembre-diciembre de 1940.
Argentino: Pri natursciencoj deziras korespondi Héctor Oesterheld, 3 de febrero, 1058, Buenos Aires.
Es decir, un joven Oesterheld (21 años) quería mantener correspondencia en esperanto sobre ciencias naturales (hay que recordar que estudió Geología y en tal especialidad trabajó en un comienzo). Quizás su interés por el esperanto tuvo lugar por influencia de Lanti, el anacionalista, que había visitado poco antes el país, o por el balcánico trotamundos Tibor Sekelj. Aunque Oesterheld no fue una persona especialmente activa como esperantista, continuó manteniendo su interés por el idioma en el que leía, según recordaba años después su viuda.
Así que, qué mejor forma de recordarle, que hacer su figura se conozca en todo el mundo. He aquí su biografía en esperanto. Es poco, pero es lo mínimo: si a él le desaparecieron, que su recuerdo nos lo mantenga con nosotros.