9.12.07
Tras el paso del ciclón Menéame
Ayer pasó el “ciclón Menéame” por esta página. Todavía queda movimiento en la cola, pero la gran tormenta ocurrió ayer, cuando ocho mil visitas pasaron por la bitácora. Se trataba de un artículo sobre la razón por la que el 8 de diciembre es festivo en España, qué redacté hace ahora un año y que en algún momento se colocó como el más popular en menéame.net
Este es un blog tranquilo, que no suele llamar mucho la atención, por su carácter especializado: trata casi sólo sobre el esperanto y algunos temas conexos (nacionalismo, libros, relaciones internacionales...) Toda mi web recibe unas 300 visitas diarias (200 los festivos), de los cuales la mayoría van al blog paralelo que mantengo en esperanto, bastante conocido en ese mundillo, o a las páginas no bitacoreras en castellano. Muchas menos vienen a esta bitácora.
Pero ayer, como decía, fue un día especial. Y me resultó muy interesante, porque me permitió ver cómo funciona Internet, y, en concreto, la web social y las páginas de direccionamiento. Ya lo había observado en otras ocasiones en que mis visitas vinieron de webs similares, pero ayer lo volví a comprobar con más detenimiento.
En primer lugar, sólo una minoría de los visitantes se pasó después por alguna de las demás páginas. Me resulta curioso, porque cuando a mí me gusta alguna recomendación que veo en Menéame, no me quedo sólo en la página enlazada, sino que miro el resto del material que tiene quien ha escrito el texto. En este caso, a más de 400 personas les pareció lo suficientemente interesante lo que escribí, como para menearlo, pero no sé si llegó a esa cifra quienes miraron algo más (por cierto, a estos últimos, gracias en especial).
En segundo lugar, me consta que una parte importante no leyó nada más que el comienzo. ¿Es una ley general? ¿debo adaptarme necesariamente, escribiendo textos más cortos? (como se ve en esta entrada, no me salen) ¿O es que el diseño debe ser otro? ¿Vídeos, más figuras?
También he comprobado que muchos de los que leyeron el texto no se enteraron de lo que decía, a tenor de lo que escribieron como comentario en la página o en la propia web de referencia. Una parte de culpa me tocará a mí, claro, pero no creo que sea tan difícil deducir lo que no se celebra, a partir de mi texto. Va a ser verdad que hay un claro déficit de comprensión lectora.
Otro comentario, que malamente voy a llamar descubrimiento: lo fácil que es insultar desde el anonimato, y la tendencia que tienen ciertas personas a desfogarse en los comentarios a los blogs. Qué fácil es decir “no tienes ni puta idea” o “¡qué chorrada!”. No voy a decir que a veces este comentario no sea merecido, y yo mismo he leído muchos blogs de ignorantes, que no saben ni redactar. Pero, sinceramente, en este caso concreto creo que los que a mí me han tocado sabían menos que yo. No me hubiera molestado que una persona me hubiera desmontado el argumento (al fin y al cabo, no soy teólogo ni historiador), pero esta vez no ha sido así. Es, simplemente, la agresividad del anonimato.
(también me ha tocado el habitual comentario “¡cómo se aburre la gente!”; gracioso cuando uno se fija en que lo dice alguien desde una página de redireccionamiento de webs)
Por supuesto, sé que muchos de los visitantes leyeron el texto con atención. Unos echaron un vistazo a otras páginas; sé que algunos incluso pincharon en un enlace externo que no era llamativo, pero que muestra interés en el tema que trataba (que, por cierto, era también el esperanto); otros dejaron comentarios que matizaban o aportaban. A todos estos, gracias: me dan la alegría de saber que a veces los blogs (y el mío en particular) sirven para algo.
Al menos a algunos.
«También he comprobado que muchos de los que leyeron el texto no se enteraron de lo que decía,…»
Hmmm… te suena de algo el informe PISA de este año? ;)
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