19.4.08
¿Hay algún hispanohablante a quien le importe el Año Internacional de los Idiomas?
Pues sí, 2008 es el Año Internacional de los Idiomas (o de las Lenguas, que ni siquiera en la nomenclatura se ha fijado una norma). Lo proclamó la Organización de las Naciones Unidas el pasado mayo. Pero da la impresión de que no mucha gente en España se ha enterado. O, para precisar, se han enterado y algo están haciendo algunos organismos y asociaciones de las regiones donde se hablan otras lenguas distintas del castellano. Pero ni a nivel estatal ni, por lo que puedo ver, en otros países hispanos, se está haciendo mucho caso a la convocatoria. No se ven iniciativas oficiales, ni proyectos de asociaciones, y apenas se ven menciones en los medios de comunicación.
Es como si a los que hablan español el problema lingüístico no les pareciese relevante. Y es paradójico, porque la declaración de la ONU surgió, según se deduce con facilidad de la lectura de la resolución aprobada, de la preocupación de los países cuyas lenguas son oficiales en el sistema de Naciones Unidas por el incremento brutal de la importancia del inglés en ese sistema, en detrimento de los demás idiomas, entre ellos el español. Pues bien, ni el Ministerio de Asuntos Exteriores ni el de Cultura parecen haberse enterado de que este Año Internacional puede ser una buena oportunidad para incrementar el pluralismo y la multipolaridad.
Es como si en este neopaletismo de nuevo rico, sólo tengamos ojos para protestar por las iniciativas de recuperación de los idiomas minoritarios y para rendirnos ante el empuje de una sola hegemonía. Se pudo ver en la reciente campaña electoral, donde todos los partidos competían para ver quién ofrecía más inglés, como si ese fuera el único problema de la competitividad económica y social de España. No es que me parezca mal el incremento de la enseñanza de idiomas, sino todo lo contrario, pero hay una diferencia entre favorecer este penoso monolingüismo actual y caer en la adoración acrítica del estado actual de las relaciones de fuerzas culturales.
Pues bien, entre esta indiferencia he aquí una iniciativa. La ha desarrollado, cómo no, una modesta asociación, para el que, como dice el lema que la Unesco, el organismo encargado de llevar adelante los objetivos del Año Internacional, “los idiomas sí que importan”. Se trata de la Federación Española de Esperanto, con la colaboración de la Fundación Esperanto. De alguna de sus iniciativas ya informé hace unas semanas aquí mismo. El pasado jueves tuve la ocasión de hacer la presentación yo mismo. Puedes ver unas fotos del acto en otro espacio aparte.
Y es que este año coinciden además el Año Europeo del Diálogo Intercultural, junto con el centenario de la fundación de la Asociación Mundial de Esperanto. Así que ha sido una magnífica oportunidad para desarrollar un proyecto específico de la comunidad esperantohablante. Este año va a ser importante, ya lo veremos, y espero poder ir contando más actividades a lo largo de los próximos meses. Mientras tanto, échale un vistazo a la web del proyecto que enlacé antes.
También el resto del movimiento esperantista tiene previsto llevar a cabo diversas iniciativas. Por el momento sólo quiero citar el Simposio sobre derechos lingüísticos que ha sido organizado en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra para el próximo día 24 de abril.
Afortunadamente, la celebración no se limita sólo a los países y comunidades hispanas (en general, pueden verse diversas iniciativas y un calendario en esta wiki de un particular, Donald Osborn). Si de nuestros gobernantes dependiera, y no hay más que fijarse en la espectacular incapacidad de casi todos ellos en materia de conocimientos lingüísticos, seguiríamos como hasta ahora: pensando que las lenguas son sólo fuente de conflictos u objetos de adoración, y no lo que son: riqueza.