24.5.08
Como si lo hubiera escrito otro
Comentaba en el artículo anterior lo difícil que es traducir bien y las sensaciones obtenidas al leer un texto traducido. Más curioso es leer un texto propio traducido a otro idioma por otra persona. Ya me había pasado en otras ocasiones, y creo que lo había comentado en alguna entrada anterior. Pero ahora he vuelto a notar esta sensación de que un texto tuyo es como si lo hubiera escrito otro. Y no porque lo haya hecho mal. Al contrario, es simplemente que parece distinto.
El texto que se acaba de publicar es una traducción al francés de mi artículo sobre Eugenio Lanti, el anacionalista. También debería mencionar otra de un párrafo de un artículo anterior de este blog, y añado el enlace conjunto en pdf en el Servicio de Prensa de SAT-Amikaro)
La sensación ya la había sufrido previamente con ocasión de la traducción de este mismo artículo al inglés, aunque debo reconocer (ya puestos a coleccionar textos) que la sensación de extrañeza es mayor, por razones diferentes, cuando la traducción se ha producido al catalán y ¡al japonés!.
Pero la fascinación fue aún más grande en un caso excepcional: mi texto sobre las traducciones del Quijote, cuyo original se encuentra aquí, y cuya versión en esperanto, publicada en el libro “Donkiĥoto parolas Esperanton / Don Quijote habla esperanto”, no la hice yo mismo, sino que fue traducida por un amigo.
Lo dicho, la traducción es un arte muy difícil y muy poco valorado en general. Yo sí lo valoro. Y lo agradezco.