16.9.08
Argumentar en favor del esperanto
El esperanto tiene un evidente problema de imagen. Una parte muy importante de la población tiene la idea de que los idiomas son entes naturales, creados mediante evolución espontánea, y no se les ha ocurrido pensar en la gran importancia que tiene la planificación lingüística, consciente o no. Por tanto, un idioma construido les parece, ya a priori, algo absurdo. Por otra parte, tienen la idea preconcebida de que los esperantistas son una secta de fanáticos defensores de una idea que va a conducir a la paz universal, y que no merece la pena argumentar con ellos, como no se discute con los testigos de Jehová. Eso, cuando no piensan que se trata de una iniciativa muerta de la que no quedan partidarios.
Por tanto, muchas personas pueden permitirse el lujo de manifestar abiertamente un prejuicio sobre el esperanto, sin necesidad de argumentarlo, y sin que les ataque un sentimiento íntimo de que pueden expresar una barbaridad u ofender a unas personas. No me refiero, claro está, a quien muestra reservas sobre las posibilidades de futuro de un idioma construido, basadas en un análisis o una convicción, que, por supuesto, tiene todo el derecho de manifestar. No, hablo de las manifestaciones despectivas que a menudo nos encontramos, desde columnistas de diarios, pasando por blogueros hasta jefes de estado.
En tales casos, la argumentación a favor del esperanto se encuentra con una dificultad, que se asemeja a un juego imposible de ganar (lo que los ingleses creo que llaman “no-win game”). Si no se responde, se da por bueno el comentario. Si se contesta y se desmonta el prejuicio, el partidario del esperanto puede pasar por uno de esos sectarios a los que hacía referencia, que se ofende cuando se toca su amada afición, de manera que termina reforzándose el mito.
Se atribuye a Einstein la frase de que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Y sin embargo, como ya he expresado en dos entradas propias en este blog, el esperanto es una lengua muy normal y los esperantistas una comunidad muy plural.
Es, por tanto, descorazonador estar siempre combatiendo prejuicios. Pero debo confesar que, además, es difícil discutir sobre el esperanto, incluso cuando los argumentos contrarios son razonables. Me refiero a dos tipos habituales de críticas: los que hacen referencia a las posibilidades de uso de la lengua, basados en sus características propias o en el número de hablantes.
Lógica frente a realidad
Los argumentos que hacen referencia al funcionamiento del esperanto suelen ser refutables simplemente con la realidad. Es decir, no es infrecuente que se haga referencia a que determinado uso del esperanto no es posible. Por ejemplo, es muy habitual dudar de que un idioma artificial pueda ser expresivo, o sea vehículo de relaciones personales, o permita los chistes, o permita traducir adecuadamente obras literarias con todos los matices de una lengua internacional, o evolucione como el resto de idiomas.
En este caso, a mí (será que soy de ciencias) me resulta inimaginable que a una lengua con más de 100 años se le apliquen parámetros de lógica, cuando se puede recurrir a la experiencia. Y todos estos años, y la experiencia cotidiana, demuestran que ninguno de estos argumentos resiste la prueba de confrontarles con la realidad. El esperanto ha servido de intermediario para la creación de parejas, de forma que incluso existen hablantes nativos de esperanto. El esperanto permite el humor y los juegos de palabras. Hay multitud de libros traducidos con gran calidad y riqueza de matices al esperanto (yo he leído Hamlet en español y esperanto, y me quedo sin duda con la traducción del Dr. Zamenhof). Y el esperanto evoluciona bastante espontáneamente, sin que la Academia de Esperanto tenga una influencia superior a la Española.
No hay nada que no se pueda hacer en esperanto. Me gusta contar la anécdota de un debate de hace muchos años, en que un filólogo dijo que en esperanto no se podía traducir a Esopo en verso, por la especial característica de esta lengua de que las palabras de la misma categoría gramatical tienen la misma terminación, y normalmente se riman sustantivos con sustantivos, o verbos con verbos. Poco después, uno de los principales poetas en esperanto, Kálmán Kalocsay, tradujo una fábula, en la que todas las rimas se construyeron con palabras con distinta categoría gramatical. No se pueden aplicar ideas de “la lógica dice...” o “un idioma construido no puede...” El esperanto ha desmontado todo este tipo de prejuicios.
Ello conduce al segundo tipo de argumento al que hacía referencia: que aunque se podría hacer todo en esperanto, muchas actividades no se pueden llevar a cabo en la práctica, debido a que el número de hablantes es pequeño. Este es un argumento correcto, ya que una base pequeña de hablantes limita muchas posibilidades. Hoy por hoy no hay un buen libro en esperanto sobre, digamos, Termodinámica, o historia de Sumeria. Podrían escribirse, no me cabe duda, como hay libros de Óptica o artículos sobre la Bactriana, pero la baja base del mercado hace que hasta el momento no resulten rentables. Con más hablantes se podrían editar más libros, desarrollar más el lenguaje especializado, profesionalizar más el uso. El problema con este argumento es que se suele dirigir a las personas equivocadas. ¡Se nos echa en cara que debería haber más hablantes de esperanto a los que ya lo hablamos!
El número de hablantes de esperanto es un factor ciertamente limitante. Para que el idioma se desarrolle más, debería llegarse a una masa crítica, de la que todavía estamos lejos. Pero a mí me gusta tomarlo por la parte optimista. No hemos alcanzado este valor crítico, pero sí mantenemos un número de hablantes suficiente para que permitir la renovación y la supervivencia del idioma. No es poca hazaña, para una lengua dispersa y que no posee Consejos, Alianzas ni Institutos que la promocionen.
En este sentido, tampoco tienen sentido frases que nos encontramos a menudo, del estilo de “Los esperantistas deberíais dar a conocer más vuestra lengua”. Aparte de que, cuando lo hacemos, hay quien, como antes decía, nos trata de sectarios, sólo hay una respuesta posible: “Anímate tú, que nosotros hacemos lo que podemos...”
Tengo una pregunta que hacerte, a ver si podrías ayudarme: ¿sabes donde podría aprender esperanto pero de manera online?
Gracias, y suerte.
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