18.9.08

 

Esa imposible ortografía inglesa

En la última semana ha habido cierta polémica en los medios anglófonos, por la propuesta del presidente de la “Spelling Society”, abogando por una relajación y simplificación de las normas de la ortografía inglesa. No se trata de una propuesta arbitraria. Y tampoco esta vez es un extranjero, lo que sería lógico, ya que creo que todos estamos de acuerdo en que esa ortografía es un carajal. John Wells es un lingüista muy prestigioso, uno de los mayores especialistas mundiales en fonética. Por cierto, también es el presidente actual de la Academia de Esperanto.

En el blog de mi amigo Harri, se pueden ver enlaces a varios medios que recogieron la noticia, y la polémica ardiente que allí se montó. Por cierto, que he deducido que la ortografía inglesa no se cambiará nunca: por los insultos dirigidos al buen Wells se puede ver lo sensible que es este tema. Podría parecer algo sin importancia, pero las discusiones ortográficas son altamente pasionales, como en su momento se vio en las propuestas de García Márquez, y los más recientes conflictos sobre las reformas del alemán o el portugués. Hay aquí un buen artículo (en esperanto) de mi amigo Ken Miner, que hace referencia a esta circunstancia, y que explica por qué una reforma en profundidad de la ortografía inglesa no es posible ni conveniente.

John Wells matizó algo luego sus afirmaciones, como puede verse en su blog, muy interesante para los que se interesan por esos temas (buscar a la mitad de la página)

Ahora acabo de encontrarme una curiosa consecuencia de la citada irregularidad de la escritura inglesa, que me ha llamado mucho la atención. El anterior consejero principal del gobierno británico sobre ciencia, Sir David King, no sabe pronunciar la palabra hadron (hadrón). En español, quizás no mucha gente sabe lo que es un hadrón, pero todo el mundo sabe como se pronuncia.

Por cierto, el artículo es una discusión sobre la popularización de la lengua, en la que interviene un físico y antiguo roquero, Brian Cox, que al parecer se ha hecho bastante famoso (a lo que se ve, merecidamente) como divulgador científico en el Reino Unido. Dado mi comentario en un artículo anterior sobre las dificultades para llevar a cabo esa tarea, me alegro de que al menos en ese país alguien pueda explicar con convinción y habilidad lo que es el Gran Colisionador de Hadrones.

Termino con un chiste. El blog de John Wells, que antes enlazaba, contiene entre sus últimas entradas un comentario sobre un juego de palabras multilingüe. Se trata de un anuncio de una tarjeta de crédito, con el eslogan: “No Juan likes coins”, que aprovecha la semejanza, que Wells explica muy bien, entre las pronunciaciones de la palabra inglesa “one” y el nombre Juan. Y me he acordado del chiste:

- ¿Cómo se dice "uno" en inglés?
- "One"
- ¡Anda, como mi primo!

A pesar de lo que dije hace unos días en mi texto sobre los falsos amigos, está claro que estos dobles sentidos no son exclusivos del esperanto.


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Comentarios:
como mi primo, jaja

ahi nosostros con el español llevamos ventaja porque si pone a se lee a y no hay problema
 
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