24.11.09
El origen de las especies
El mejor homenaje en el 150 aniversario a la publicación de "El origen de las especies" es leerlo. Es un libro que se lee muy bien, muy poderoso, muy sólido, en la que sientes cómo la argumentación crece de página en página. Donde notas que el autor lleva muchos años estudiando el tema. Cuando lo leí por primera vez, hace unos años, me impresionó, y comprendí por qué causó esa sensación. Incluso aunque sepas que gran parte de los detalles y los argumentos que se usan ya no son válidos, o precisamente por eso, se ve a la ciencia en todo su esplendor, abriéndose paso por encima de las creencias tradicionales. Cuando uno ve cómo ahora triunfa en la red o en la televisión cualquier cantamañanas, se aprecia la labor del científico callado y sólido.
Ahora acabo de leer "El viaje del Beagle", otro magnífico relato, aún más recomendable para quien no sea muy amigo de los libros de ciencia, porque combina distintos géneros: ciencias naturales, antropología, geografía, hasta aventura. Lógicamente, es hijo de su tiempo, y ciertas justificaciones del colonialismo no son hoy tan digeribles, pero en general creo que sigue siendo digno y muy instructivo.
Ya digo, lo mejor de Darwin es leerlo. He empezado a releer "El origen". Pero, claro, es que lo acaban de editar en esperanto :-)
NOTA POSTERIOR: El 12 de diciembre organizamos en Madrid una reunión con ocasión del "Día del Libro en Esperanto". Yo mismo presenté algunos libros nuevos, y entre ellos éste que comentaba en el blog. Mis amigos Andy y Manolo grabaron algunas de las intervenciones y si nunca has oído cómo suena el esperanto en mi voz, aquí tienes una oportunidad:
12.11.09
La miseria de la investigación filológica española
¿Se imaginan que para hablar sobre Aeronáutica en un curso universitario, los organizadores eligieran a un historiador que ha estudiado la vida de un turista que viajaba a menudo en una línea de bajo coste? Pues parece que en la universidad española esta elección le parece correcta a quienes organizan unas jornadas sobre lenguas construidas.
Siempre me ha resultado curiosa la relación de las instituciones españolas de investigación lingüística, especialmente la universidad, con el esperanto. Para ser exacto, la nula relación. Hay y ha habido profesores universitarios de otras disciplinas que hablan esperanto, grupos de esperanto en la universidad, centros universitarios donde se dan clases de esa lengua, investigaciones históricas en las que el esperanto ha tenido algún papel, o trabajos de estudiantes relacionados con el esperanto. Hay lingüistas y traductores que se ocupan del esperanto (por poner dos ejemplos, traductores profesionales son el actual presidente de la Federación Española de Esperanto y el redactor de su revista). Pero es llamativo que ningún filólogo español de nivel universitario se interese profesionalmente por las características propiamente lingüísticas de un idioma construido, que se ha convertido en un instrumento de relación internacional consolidado, ha creado una cultura propia, y hasta ha producido hablantes nativos. Me da la impresión incluso de que existe en esos medios un prejuicio, como si las lenguas construidas fueran un juguete poco serio, propio de marginales o de aficionados a la literatura fantástica, y que el esperanto en concreto tiene un problema de imagen entre los miembros de la camarilla académica.
No es el caso de otros países, donde el estudio puramente lingüístico del esperanto es una disciplina consolidada e incluso respetada. Es digno de señalar que tanto el actual presidente (el indio Probal Dasgupta) como algunos de los previos (Renato Corsetti, Humphrey Tonkin) sean lingüistas reconocidos, o que el actual presidente de la Academia de Esperanto, John Wells, sea una de las máximas autoridades en fonética inglesa. En varios países existen cátedras de esperanto en la universidad, y existen revistas académicas sobre Interlingüística. Lingüistas de prestigio (como David Gold, que acaba de dar una conferencia en la universidad de Alicante) no tienen miedo de hablar favorablemente sobre el esperanto. En el caso de España, salvo en algunas universidades catalanas y el caso tan especial y ya pasado de Juan Régulo Pérez en La Laguna, parece que los filólogos están al margen de este fenómeno lingüístico.
Cuando por fin los filólogos de la Universidad de Madrid y el CSIC deciden dedicar un tiempo a las lenguas auxiliares, lo hacen en un contexto divulgativo, como si fuera una broma, o una mera curiosidad. Viene a cuento esto por la celebración estos días de la Semana de la Ciencia en Madrid, durante la cual que se ha programado un seminario sobre lenguas construidas. Pues bien, en una de las jornadas se ha incluido una charla sobre el esperanto, y, como decía al principio, los organizadores, miembros de la comunidad académica (Universidad y CSIC) se la han encargado a una persona que se ha encontrado el idioma de una manera marginal, en el curso de una investigación histórica sobre un antiguo anarquista comunitario, y que realmente ni conoce el idioma a fondo, ni tiene contacto con sus hablantes.
Es asombroso que unos estudiosos universitarios no se pongan en contacto con quienes podrían informar con auténtico conocimiento de la lengua, tanto desde el punto social como lingüístico. Y lo es aún más que traten este fenómeno con la superficialidad con que lo hicieron, sin darse cuenta de las potencialidades que tiene este fenómeno, y la seriedad con la que los hablantes lo consideramos. Incluso el ambiente general de la jornada, a la que tuve ocasión de asistir, fue frívolo, sin apenas menciones al hecho de que lingüistas de gran calado como Peano, Wüster, René de Saussure, Gode, etc. se han ocupado de las lenguas auxiliares, e incluso han participado en la creación de algunas de ellas.
En el caso concreto de la conferencia sobre el esperanto mis críticas no se refieren sobre todo al contenido. La persona que habló sobre esta lengua, y sobre el ido, una derivación de aquella, Santiago Tovar, ha hecho una meritoria investigación sobre un personaje muy peculiar, relacionado con los dos idiomas en los años 30, Heinrich Goldberg (alias Filareto Kavernido) y en el transcurso de la misma ha conocido lo suficiente sobre ambas lenguas para poder hacer una presentación pública. El problema es que ni el esperanto hoy es el de los años 30, ni ese personaje, absolutamente marginal incluso dentro de los esperantistas, es representativo de éstos. En esta misma web tengo información sobre la historia del esperanto, y puede verse que junto a este personaje ya entonces existían personas perfectamente integradas en la sociedad española, algunos con importantes cargos y posiciones. Tampoco hoy el esperanto es una cuestión de marginales, sino una comunidad muy plural, aunque nadie deja de reconocer que minoritaria.
Así que el enfoque de la charla incidió en el carácter utópico del esperanto, considerado como algo que fracasó debido a las carencias propias de los lenguajes construidos. Y, sin embargo, como tantas veces he dicho aquí, el esperanto es una lengua muy normal, en la que se pueden expresar todo tipo de sentimientos, y en cuanto al fenómeno de la planificación lingüística, cualquier académico debería saber que es un fenómeno perfectamente explicable en el desarrollo de la sociedad moderna, en la que las fuerzas sociales y las relaciones de poder influyen más que la forma de los sufijos.
En un momento incluso se afirmó que aunque hay libros traducidos, apenas hay literatura original. ¡Por Dios!, si hasta se ha publicado recientemente una "Concise Encyclopedia of the Original Literature of Esperanto", de 700 páginas de letra apretada.
Esta claro que el esperanto tiene un problema de imagen, y que es difícil argumentar cuando hay tantos prejuicios. Algunos lingüistas lo superan, pero no sé si los filólogos españoles tendrán la misma apertura de mente.
4.11.09
¿Se debe traducir gratis para una empresa?
¿Es que una empresa como Twitter no puede pagar a unos profesionales para que le traduzcan su web al español, y evitarse así el bochorno de que su portada tenga dos faltas de ortografía tan visibles y enormes como las que se ven en la figura de al lado? Se lo merecen, por querer ganar dinero a cuenta de las personas de buena voluntad y olvidarse de que la esclavitud se abolió hace ya unas cuantas décadas.
En algunos textos anteriores de este blog he hablado de mi actividad traduciendo textos, especialmente al esperanto. Casi siempre lo hago gratis y con gusto, porque me parece una buena forma de promocionar el idioma y ayudar a la gente que quiere leer cosas interesantes en él. Suele tratarse de casos en que tampoco la parte a quien ayudaba tenía ánimo de lucro, y me parece un intercambio justo.
Pero en ocasiones se me ha planteado un caso más delicado: cuando quien lo pide es una empresa. Si me parece que el esfuerzo no es grande, sus razones son genuinas, y el esperanto o sus partidarios van a sacar alguna ventaja, me parece una transacción aceptable. Así, aquí mismo he aplaudido las traducciones al esperanto de sitios como Ipernity, que han hecho del multilingüismo una opción clara. Algo dudoso me parece el caso de vK.com, el equivalente ruso a Facebook, que está haciendo algo de sombra a éste en algunos lugares, gracias a sus traducciones. Y he decidido que estoy en contra en el caso de Facebook o Twitter.
Debo reconocer que el asunto tiene muchas facetas. En primer lugar, creo que al esperanto le vendría muy bien que hubiese más personas que se ganaran la vida gracias a él. A mí no me parece incompatible el idealismo con ganarse la vida, y, es más, considero la primera obligación de un trabajador el exigir dinero por su trabajo, especialmente cuando gracias a él aumenta el dinero que Twitter ganará al salir a Bolsa. Cuando se trata de empresas como éstas, trabajar gratis es quitar el salario a los profesionales.
Facebook o Twitter deben de pensar que el inglés es suficiente y que nos están haciendo un favor a los demás permitiéndonos leer su web en otro idioma. Por eso deben considerar el aspecto lingüístico tan banal que se lo dejan hacer a cualquiera. Y les sale una chapuza como ésta.
O quizás sea un acto de sabotaje laboral. Aún quedan anarquistas en la red. Me alegro.